viernes, 29 de octubre de 2010

Fina estampa


No se estila, ya sabe que no se estila, pero ayer, dejando suelto al dandi que lleva dentro, ese octogenario voluptuoso llamado Ginés Liébana llegó al Alcázar para recibir el título de Hijo Adoptivo de Córdoba adornado con jazmines en el ojal.

Y es que el pintor y escritor, reliquia viva de Cántico y de tantas otras cosas, cada día está más juguetón y se le nota. Ayer fue de nuevo el duende travieso de un acto de por sí alegre. Felicidades a él y a todos los premiados.

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